Por: José Nicolás De Piérola Canales
Asesor y consultor en Gestión de Recursos Hídricos | Profesor Honorario
Hace varios meses analizando eventos extremos en el país formulé una propuesta que creo oportuno recordar:
La idea central expuesta es la de disponer de un Sistema Nacional de acción pre-establecido para abordar eventos de máximas (lluvias intensas) o de mínimas (sequías) con activación de planes de acción elaborados previa y cuidadosamente acordes con la intensidad-magnitud de los eventos incluyendo el área de impacto y la duración. Todo esto en base a lo registrado históricamente. Es decir, elaborar escenarios por niveles o umbrales.
De la experiencia obtenida se observa que existen varios organismos técnicos y de gestión (Senamhi, IGP, CENEPRED, INDECI) que están asociadas a estos eventos; algunos con responsabilidades establecidas o definidas y otras sin mayor detalle y solo de coordinación.
Es necesario ordenar y estructurar todo esto para elaborar una línea de acción efectiva y de rápida respuesta ante la presencia de los eventos identificados y tipificados sobre la base a un esquema e prognósis en línea (on line) o sea en tiempo real (real time).
El sistema se activaría de forma periódica -cada año- ante la detección anticipada de la presencia de los eventos por niveles y considerando su aplicación por región hidrometereológica, evaluando el nivel de severidad esperada: Intensidad y magnitud. Hoy disponemos de información satelital de lluvias en línea y manejamos modelos de generación de hidrogramas de descargas (HECRAS por ejm) en base al imput de lluvias.
Deberían considerarse regularmente recursos financieros o sea en el presupuesto nacional cada año, montos adecuados que puedan o no utilizarse, pero definidos y con diseño de los mecanismos de ejecución efectivos y rápidos (días, no meses) además de seguros sobre todo para abordar las medidas inmediatas o de corto plazo a implementar.
No es necesario crear más organismos de gestión sino estructurar un sistema en base a las instituciones existentes y con el soporte del sector privado -en especial el sector minero- que tenga una intervención territorial efectiva y sobre todo oportuna. La PCM podría ser el eje de todo esto ya que hay acciones intersectoriales y de mediano-largo plazo que deben ejecutarse a la luz de los detalles que definan los planes de acción por región hidrometereológica y por nivel o umbral identificado.
Este sistema se deberá retroalimentar regularmente y “mejorarse” cada año teniendo presente que las obras de mediano plazo irán configurando un escenario distinto de respuesta a medida que vayan implementándose.
No más medidas de emergencia de última hora, reportes después de lo ocurrido con el típico «se hubiera». Existe la tecnología, existe información, existen los especialistas, software y recursos económicos, lo que falta es ACCION. Este gobierno seguro no lo podrá hacer, pero quien venga esta advertido.