La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía manifiesta a la opinión pública su condena frente a la violencia que vienen ejerciendo grupos radicales en distintas regiones del país.
Expresamos nuestras condolencias a los familiares de todos los fallecidos en esta escalada de vandalismo y terror que enluta al Perú.
Rechazamos que se pretenda institucionalizar el chantaje y la anarquía. No debemos permitir que los peruanos sigan siendo afectados por la violencia y la polarización que sólo nos divide.
Condenamos energéticamente la violenta incursión a la mina Antapaccay en el Cusco, que puso en riesgo la vida y seguridad de más de 2,500 trabajadores, así como el hostigamiento permanente que sufren las operaciones minero-energéticas en el país.
Hacemos un llamado a terminar con la impunidad con la que actúan los grupos violentistas que a su paso atacan, destruyen y saquean locales públicos y privados, terminales aéreos, comercios y unidades de transporte.
En el Perú tiene que prevalecer el Estado de derecho, el principio de autoridad y las leyes, en un ambiente de paz social. Es necesario reflexionar como país sobre los alcances y mecanismos para ejercer el derecho a la protesta. Ello no puede afectar la gobernabilidad y el Estado de Derecho.
Los peruanos debemos cerrar filas contra la escalada violentista y defender la democracia y el camino al desarrollo, generando bienestar para todos.