Escribe: Ricardo Oviedo Zavala.
No haremos una biografía detallada del Dr. Luis Cavagnaro Orellana, quien ha fallecido ayer, dejando un profundo halo de tristeza en su familia, amistades y comunidad en general. Queremos referirnos, en todo caso, a su inmenso legado a la historia de Tacna y al valor de la amistad. En una entrevista televisiva que le hicieron hace algunos meses -y ante la pregunta sobre lo que más valora en su trabajo historiográfico- dijo que lo mejor que había encontrado era la amistad. Y es cierto. Lucho Cavagnaro fue amigo de todos, sin distingo alguno.
Quizás esa actitud personal fue la que le abrió las puertas a las bases históricas que buscaba para su monumental obra “Materiales para la Historia de Tacna” que inserta información obtenida desde grandes instituciones como el Archivo de Cartagena dd Indias hasta las transmisiones orales de los antiguos tacneños que, debidamente corroboradas, le permitieron escribir libros sobre personajes y sobre la ciudad y su historia.
Lucho Cavagnaro fue mi amigo. Y en mi experiencia personal como periodista, no he visto a una persona tan identificada con Tacna como lo fue él. Los tomos sobre “Materiales para la Historia de Tacna” escritos a la fecha abarcan desde la época prehistórica hasta el Cautiverio. Hay dos tomos sobre este último tema que fueron presentados recientemente.
Sus publicaciones no solo muestran la presencia de Tacna y su contexto desde la aparición de los primeros hombres en nuestro territorio sino inserta datos que pueden ser utilizados como referencia por otros historiadores para que puedan ampliar los temas referentes a la historia de Tacna.
Tenemos entendido que ya había terminado 14 tomos más. Ha sido apoyado por personal profesional que seguramente seguirá trabajando en la edición de los libros que faltan publicarse. Que así sea. Que las circunstancias así lo permitan.
Hay mucho que hablar sobre él. Tacna ha perdido, definitivamente, a uno de sus hijos más preclaros. Su trabajo con Tacna -y su valoración sobre la amistad- es reconocido aquí, en el país y en el extranjero. Y mientras se lean sus libros, se hable sobre la amistad o sobre el tema de la identificación con esta tierra, Lucho siempre vivirá en el recuerdo de todos nosotros. Su legado es inmenso.
Descansa en paz, mi buen amigo.
Mientras tanto, así están las cosas.