Ha pasado casi inadvertido el mes de marzo – Mes Internacional del Agua – por parte de las instituciones que tienen que ver con este recurso fundamental de la vida. Ha sido, sin embargo, el sector minero el que más se ha preocupado por dar a conocer en foros, seminarios y talleres, el uso adecuado del agua que, tal como lo declaró el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, “sin agua no hay vida, ni agricultura ni minería”. Estas declaraciones fueron vertidas en el importante evento del agua, “Water Week Perú 2024” realizado el pasado 21 de marzo en las instalaciones de la Universidad Agraria “La Molina”. Asistieron representantes del Perú y el extranjero ligados a la minería y al cuidado del medio ambiente, autoridades, ministros de Estado y técnicos especialistas en el tema de la relación agua-sector productivo. El coordinador general, el ex gerente de Recursos hídricos de Southern Perú, Ing. Nicolás de Piérola, ratificó las declaraciones del ministro Rómulo Mucho, en el sentido que el uso adecuado del recurso agua es importante para desarrollar todos los proyectos productivos que sostienen la economía del país.
Una de las conclusiones importantes del evento ha sido la de fortalecer la gestión del recurso hídrico, resaltando en este punto lo manifestado por Víctor Gobitz, de la Sociedad Nacional de Minería, sobre la aplicación de nuevas tecnologías en el uso del agua, su reúso y el mantenimiento de las fuentes que la proporcionan, tal como ya lo hacen mineras como Southern, Quellaveco y la gran minería a nivel nacional. Otra de las conclusiones fue la referente a que más de 3,600 millones de dólares se encuentran paralizados en el sector minero del país a causa de los conflictos sociales. Lo que también se dijo en en el “Water Week Perú 2024” sobre los 60,000 millones de dólares que los inversionistas extranjeros no colocan en el sector minero por la falta de estabilidad jurídica y política que el gobierno no se esmera en solucionar. Solo hay que establecer una relación simple entre esos 60,000 millones de dólares y lo que significan en términos de empleo y producción además del pago de impuestos que fortalecerían las arcas del erario nacional.
Asimismo, el gobierno también debe intervenir en el control de la minería ilegal. No solo tiene un aporte cero en impuestos que beneficien al país, sino que, además, depredan el medio ambiente y crean conflictos sociales que el Estado debe asumir. Es decir, es como dejar la casa sucia después de una fiesta en donde los organizadores se van con sus ganancias y el Estado tiene que venir a barrer el piso. De hecho, el sector minero formal representa el 12-13% del PBI nacional y el pago de sus impuestos ha permitido sostener el país aun en épocas duras como la temporada de la pandemia. Las mejoras progresivas en la relación agua-minería formal, son producto más del trabajo del propio sector minero que del gobierno o de las instituciones que deben velar por el uso adecuado del recurso. Pero en todo caso, se avanza, que es lo que a las finales se quiere para que haya una convivencia armónica entre los sectores productivos, como la minería, y los beneficios que debe tener la población en general.
EL DATO
Otras de las conclusiones que se volvió a identificar, fue que: Las desertificaciones por falta de agua (caso Candarave en Tacna) No se deben a la actividad minera, sino, al Calentamiento Global, Cambio climático, años Cíclicos, deshielo de glaciares y mal uso del agua en riego por inundación que hacen agricultores con enormes desperdicios de agua. Más bien se hizo notar, el uso y rehuso reciclado de agua en los proyectos mineros, que es significativo su ahorro, gracias a modernas tecnologías utilizadas en los procesos operativos.
Según fuente oficial del ANA (Autoridad Nacional del Agua) sólo en 2% del agua disponible a nivel nacional, usa la minería, en comparación al agro que consume 85%, la población el 9% e industria 4%.
