Por Ricardo Oviedo Zavala.
Hace unos días, cuando los alcaldes de Candarave, encabezados por el alcalde provincial Rafael Vega, marcharon por las calles de Tacna demandando la eliminación de las licencias de agua de la minera Southern Perú, nos referimos a que el éxito de una movilización o de la exigencia de un pliego de reclamos, se basa en los resultados. Es decir, una marcha de protesta puede tener miles de manifestantes, pero, si no se logra nada de lo que piden, la movilización es un fracaso.
Las autoridades de Candarave perdieron la gran oportunidad de llegar a acuerdos con la Southern cuando abandonaron la Mesa de Diálogo que también estaba integrada por representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). En esa Mesa se acordó que la minera, mediante obras por impuestos, construyera la represa de Callazas de 13 millones de metros cúbicos de capacidad, suficientes como para atender las deficiencias que pudiera haber en el servicio de agua para la provincia. Pero el alcalde Vega y compañía no quería eso. Quiere toda el agua que usa la empresa.
¿Qué se logró para los candaraveños con la marcha encabezada por los alcaldes de esa provincia andina? Nada. Pasados los días, los dirigentes agrarios de Candarave se han manifestado dando a conocer que no se sienten representados por sus autoridades y que quieren reiniciar el diálogo con la Southern.
Profesionales y técnicos de la provincia, tampoco están de acuerdo con los pedidos de los alcaldes porque, según afirman, no tienen ningún sustento técnico. El propio gobernador de Tacna, Luis Torres Robledo, ha calificado de inconsistente el pedido de las autoridades candaraveñas pidiéndoles que se dediquen a trabajar por su provincia antes de estar perdiendo el tiempo haciendo reclamos que no van a llegar a ninguna parte. Torres Robledo empleó frases duras contra el alcalde Rafael Vega, a quien calificó como el principal responsable que, a la fecha, no se haya hecho nada de trabajo municipal en Candarave que redunde en beneficio de la población.
Voceros de Southern Perú y de la PCM han reiterado su intención de continuar con el diálogo para llegar a acuerdos que satisfagan a las partes. Con la posición intolerante mostrada por las autoridades de esa provincia andina, los que están perdiendo son los pobladores. Con la posición asumida en sus reclamos, se ha paralizado cualquier proyecto que provenga tanto del Fondo de Desarrollo Candarave como de los proyectos a cargo del Ministerio de Agricultura y Riego y sus oficinas descentralizadas. No pueden seguir echando la culpa de la inactividad mostrada a la fecha a la minera o al gobierno cuando los únicos culpables que Candarave no avance al ritmo que debiera, son ellos mismos.
Así están las cosas.