Escribe: Óscar Valdés Dancuart.
Quien puede dudar que el Perú es un país con recursos humanos y naturales extraordinarios, que tiene un pasado milenario y unos ancestros que son reconocidos en el mundo entero como culturas milenarias ejemplos en la civilización.
Es cierto que tenemos una geografía difícil con tres cordilleras que recorren el territorio de sur a norte y abarcan de este a oeste, con zonas desérticas, quebradas y cumbres, pero a la vez contienen todo tipo de minerales polimetálicos que son envidia del mundo entero.
Es correcto señalar que tenemos muchas naciones desplegadas a lo largo del país como los Quechuas, Aymaras, Chancas, etc. que enriquecen nuestra diversidad humana y nos dan un tinte de particularidad con sus costumbres y riquísimo folklore así como también nos aportan gente maravillosa y emprendedora que son ejemplo donde van sea al interior o extranjero.
Es incomprensible e inexplicable porque no hacemos nada para utilizar 2/3 partes de nuestra superficie como es la Amazonia, así como también el uso correcto de nuestro extenso mar de Grau.
Si bien es cierto tenemos todo este potencial, no puede dejar de mencionarse que las generaciones desde el inicio de la república, hasta la fecha no hemos hecho nuestra tarea en el campo educativo, tenemos décadas perdidas, generaciones que no han sido formadas con valores ni principios limitándonos solamente a impartirles conocimientos que no son suficientes para formar ciudadanos íntegros.
La mala educación nos lleva a tener una clase dirigencial, carente de principios y valores que hoy en día ocupan puestos donde se toman las altas decisiones sea en el Legislativo, Ejecutivo, Judicial, electoral, etc. e impiden que el país logre un desarrollo de acuerdo a su potencial y solo nos gobierne el pesimismo y la corrupción.
Ya es hora que corrijamos esta situación educativa de raíz en todos los niveles y podamos desarrollar nuestro potencial como país lleno de riquezas y emprendedores.