Una escolar de 11 años murió el último miércoles luego de ingerir dos pastillas de clonazepam para cumplir un reto viral, al parecer, sugerido por sus compañeros de un colegio en Independencia. Pero, ¿quiénes están propensos a practicar estos desafíos y por qué?
De acuerdo con el psicólogo e investigador social Jorge Yamamoto, los retos que se promueven en las redes sociales pueden ser sanos o perversos, o pueden sacar lo mejor o lo peor de los niños y adolescentes, pues, en esa etapa de su vida, es natural competir.
“El ser humano es una especie competitiva pero los adolescentes -especialmente- van a realizar juegos de diferente índole para compararse con los demás y superar a sus pares”, comenta el especialista.
El reto clonazepam o el último que duerme tiene características de viralidad; la diferencia es que es letal. Y lo es porque muchos de los niños y adolescentes que compiten no tienen buena comunicación con sus padres y, por esa razón, nos les informan de estos desafíos, añade.
QUIÉNES ESTÁN MÁS PROPENSOS A PRACTICARLO
Yamamoto sostiene que los menores pueden sentirse más atraídos por estos retos si los padres de familia, al enterarse que los practican, los castigan con severidad en vez de explicarles sobre los efectos dañinos.
“Eso es prevención temprana. Un niño o una niña que tiene buena comunicación con sus padres, no buscará algo que le haga daño. Si hay buena comunicación, los padres le explicarán por qué no tiene sentido practicar ese reto en vez de evitar hablar de ello”.
Otra razón para que los chicos busquen estos retos es que crean que son un medio para canalizar sus ansias de competencia y de medirse con sus pares. Si no canalizan su sentido del reto, serán proclives a aquellos que son mortales y peligrosos, precisa el especialista.
Una manera de prevenir esta situación es que los padres de familia busquen canalizar ese sentido de desarrollo y competencia. Si con calidez y estructura los disciplinan para que practiquen un deporte, música o alguna otra actividad, así orientarán sus sentimientos y deseos de competir.
Fuente: Andina